El revolucionario grafeno potenciará baterías y pantallas de los móviles.

El desarrollo de la tecnología apunta principalmente a una mayor sofisticación de los aparatos para cubrir cada vez mayores necesidades y hacernos la vida más fácil en todo sentido. No obstante, algo que siempre exige un considerable porcentaje de los consumidores, más que mayores habilidades, es un incremento notable en la optimización de los productos, en especial en lo que concierne a aspectos como la durabilidad y resistencia. El mercado de los teléfonos móviles no está exento de ello y por eso noticias como esta siempre son bien recibidas por el público.

Resulta que ante un mayor desarrollo de la versatilidad, esbeltez y elegancia de los equipos, se requiere mayor cuidado en otros detalles como la resistencia a los golpes y la potencia de las baterías. Esas necesidades serán cubiertas por un material que vino para quedarse: el grafeno, el material más pequeño que existe actualmente. Consiste en una fina lámina de carbono cuyo grosor apenas alcanza al átomo y que tiene el potencial de hacer más duraderas las baterías, acelerar su proceso de carga y, además, brindar una mayor resistencia física a las pantallas de los móviles frente a golpes y rasguños.

El grafeno no es algo que se haya inventado recién ayer, de hecho se habla de él desde el año 2010, aunque ya había sido descubierto  por el científico ruso-británico Kostya Novoselov en el año 2004, cuando aún no se tenía un claro estudio que permita vislumbrar sus aplicaciones. Actualmente ya se sabe que es 100 veces más resistente que el acero, que posee una sorprendente flexibilidad y que conduce mejor la electricidad y el calor que ningún otro material, lo que lo perfila como un componente bastante útil para muchos usos, principalmente en el área electrónica donde hoy goza ya de nueve mil patentes.

Desde su descubrimiento se erigió como el encargado de reemplazar al silicio, con la única gran desventaja que el segundo es muchísimo más abundante y de fácil extracción en la corteza terrestre. Sin embargo, desde el 2014 Samsung ya es capaz de poder producirlo a escalas industriales gracias a su alianza con la Universidad Sungkyunkwan (sí, sus alianzas siempre les dan buenos frutos), que lo convierte en la compañía que ostenta el mayor número de patentes actuales de grafeno, con un total de 490. Quizá el mayor logro hasta la fecha es haber podido cargar un auto eléctrico en tan solo ocho minutos con el grafeno.

Hay que recalcar que a pesar del potencial comprobado del grafeno y de los años que lleva siendo estudiado, aún sigue teniendo un uso comercial bastante modesto y se estima que dentro de unos años recién se masificaría.  Por ahora los científicos están seguros de que los teléfonos comerciales del futuro (que sería la aclamada 5G) estarán hechos de grafeno, y el teléfono mega flexible presentado en el MWC16 por la compañía FlexEnable les da la razón. Recordemos que la siguiente generación de celulares verá la luz  en el 2020, con lo que se puede deducir que la explotación del grafeno coincidirá con ese tiempo.

Por otro lado, hablando de otras compañías, la empresa británica Zap&Go ha diseñado una batería con dicho material revolucionario capaz de cargar móviles en cinco minutos, de los cuales reservará dos mil para periodistas reconocidos y otros profesionales de la información. Eso mantendrá el comercio del material aún en cantidades mínimas tal como ya se ha dicho. Esto se debe, según las propias palabras de los expertos, a que si bien el grafeno de por sí es bastante ligero y fuerte como para hacer teléfonos irrompibles, aún se puede optimizar más su peso y potencia. Mientras tanto, Vittorio Pellegrini,  director del Instituto de Laboratorios de Tecnologías del Grafeno, sentencia afirmando que “con solo unos kilos de grafeno puedes substituir todas las pantallas táctiles del mundo. Y con unas pocas láminas puestas una sobre la otra puedes soportar a un elefante”.